Un show en toda regla. Yo nunca había visto un partido de fútbol americano y lo poco que conocía de él era por las pelis (me viene a la mente Forrest Gump corriendo por el campo de fútbol), así que acepté de buen grado la invitación para ver un partido de la NFL el domingo pasado: Seattle Seahawks contra San Francisco 49ers.

Llegamos al estadio casi una hora antes para disfrutar del ambiente: las animadoras dando saltos con los pompones, la mascota de los Seahawks saludando a la gente, música a toda paleta y las pantallas gigantes mostrando vídeos de jugadas y momentos de otros partidos.

Alrededor del estadio, los puestos de comida rápida estaban repletos: «garlic fries» y «hot dogs» era lo más solicitado; sí, yo también caí… un partido de fútbol americano no es tal sin su dosis de grasa (pero tranquilos que por la tarde me pasé por el gimnasio) y de verdad que lo disfruté mientras veíamos a los jugadores practicar ya en el campo.

Al acercarse la hora, empezó el show de verdad: las animadoras llegaron hasta el medio del campo con un baile perfectamente sincronizado con la música que sonaba en todo el estadio, inundado con más de 67700 personas gritando y agitando los colores de sus equipos (azul para Seattle y rojo para los de San Francisco). Tras las animadoras, llegaron los dos equipos: los 49ers fueron recibidos con abucheos y los Seahawks llegaron con fuegos artificiales precedidos por el vuelo de un Seahawk domesticado.

Llegó el momento de los himnos: primero el de Canadá, por su proximidad con Seattle y finalmente el de Estados Unidos, con un despliegue que me puso la piel de gallina, debo confesar; apareció una larga fila de marines, de la Armada Estadounidense, sujetando una grandísima bandera plegada (echadle un ojo al vídeo que grabé en Facebook). Durante el himno, cantando en directo, se hizo un silencio total y los americanos se llevaron la mano al corazón, para romper en gritos de alegría al acabarse… me encantó.

Al fin, el partido comenzó; creo que entendí todas las reglas, pero desde luego el partido fue lento… la excusa perfecta para darse vueltas de vez en cuando, hacer fotos y comer comida basura (sí, más… ¿he dicho ya que fuí al gimnasio después?). Aunque teóricamente los 49ers eran superiores, los Seahawks llegaron con empate a 17 a los últimos 4 segundos de partido (literalmente) y… ¡como en las pelis! en los últimos 4 segundos, ¡los Seahaws marcaron y ganaron 20-17!

Fue toda una experiencia, sobre todo por ver lo locos que se volvieron al ver la forma en que ganaron el partido… lo dicho, ¡todo un show!